Por: CONDORITO
Colombia, eliminada del mundial de futsal. Foto: EL TIEMPO |
No le había parado bolas al mundial de futsal realizado
en nuestro país, entre otras cosas porque los canales nacionales prefieren
transmitir sus novelas de guerrilla y cantantes famosos, en vez
de un evento que reúne a las grandes estrellas de este deporte por primera vez
en nuestro humilde territorio.
Así que me tocaba acudir a una de esas páginas
piratas que pasan los partidos por internet, para ver al combinado patrio y
tratar de entender las diferencias entre el fútbol normal y el que se juega en
terreno liso, además de los aspectos evidentes como que es más pequeño y tiene menos actores. El
resultado no fue fructífero.
En el fútbol sala también existen los cambios de
frente, las diagonales, las triangulaciones y las paredes. Se escuchan términos
como repliegue y despliegue, y existen instrucciones para ser un equipo ofensivo o defensivo; de posesión o de posición.
En ese contexto, mirar a la tricolor es encontrarse con
el mismo debacle de la selección colombiana de fútbol, solo que adaptada a un
espacio de 25 por 42. La filosofía pekermista, resumida en un libro de garabatos
que solo el viejito entiende, es la misma que maneja el estratega Arney
Fonnegra: un equipo ofensivo metido en defensa (???), a ratos con control de balón y otras veces especialista en pelotazos; decidido a consagrar su arquero como figura.
Por otro lado, Fonnegra también cuenta con ingredientes de calidad. El jugador diferente, capaz de hacer sentir
su ausencia cuando no está en la cancha, se llama Angellott Caro. Jorge Abril, disfrazado de Daniel Torres, trabaja como equilibrio del equipo: eficiente en marca, eficiente en ataque.
Y Andrés Reyes, tiene en su deber alegrar al
público con sus regates y gambetas; ya sacaran sus conclusiones sobre quién puede ser.
En este último partido, no hace falta saber que
enfrentamos a una selección superior, cuando en los 50 minutos jugados (40
reglamentarios y 10 de prorroga) el equipo nacional se salvó de mínimo 10
opciones claras. Ante la contundencia de los paraguayos, apareció el espíritu
de David Ospina para activar las manos de Carlos Ñañes y convertirlo en la
figura del país en esta cita mundialista.
Si me preguntan, el mundial de futsal terminó para
mí. Aunque quisiera ver a Ricardinho, no voy a repetir el desespero que significa
mirar partidos por internet, aunque agradezco a los que se toman la molestia de
no dejar sin emociones a los que no somos usuarios de DirecTv. Me hicieron
brincar como si se tratara del equipo de Pekerman. Me decepcioné igual..
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