Pestañas

lunes, 12 de septiembre de 2016

ESTAMOS APRENDIENDO A SER FANÁTICOS DEL CICLISMO

Con el tercer lugar en El Tour de Francia, algunos alegaron que el colombiano "ilusionó a todo un país, para después hacer semejante fracaso". Otros, defensores a muerte, hablaron del presunto dopaje de Christopher Froome, porque "era imposible que el británico aguantara más que nuestro deportista". 

Por: CONDORITO
Nairo Quintana junto a Froome y Chaves en la ceremonia de premiación de la Vuelta.
Nairo Quintana junto a Froome y Chaves en la ceremonia de premiación de la Vuelta.













Cuando juega la selección estamos preparados a cualquier resultado. Si gana, hacemos fiesta, insultamos a Zidane y saltamos sobre nuestro puesto humilde que a pesar de la victoria, nos recuerda que aún no somos la última Coca-Cola en el desierto. Si pierde, al menos sabemos que contra Brasil, Argentina o Chile no hay nada que hacer; es hasta caer con Costa Rica, o jugar mal contra Bolivia y Perú, que nos damos cuenta de que algo anda mal. El empate puede ser bueno o malo dependiendo el de enfrente. 

No importa de qué generación se trate, no hay que ser muy viejo ni muy joven para entender nuestro lugar en el fútbol; lo que es fracaso y lo que no, y lo que es un logro como los cuartos de final en un mundial. En el ciclismo, aún estamos en la parte que pasa a Nairo de fracasado a ganador en menos de tres meses. (Ver: TDF2016: Un fracaso que nos enorgullece a los colombianos)

Con el tercer lugar en El Tour de Francia, algunos alegaron que el colombiano "ilusionó a todo un país, para después hacer semejante fracaso". Otros, defensores a muerte, hablaron del presunto dopaje de Christopher Froome, porque "era imposible que el británico aguantara más que nuestro deportista". 

Mientras de un lado olvidaron que Nairoman venía de repetir subcampeonato, de ser campeón del Giro de Italia en el 2014 y de ganar en Cataluña, en Romandía y en la Ruta del Sur este año, sin dejar a un lado a la resonada frase “Nairo es favorito”, del otro no recordaron que competía el ganador de las últimas dos campañas, que el mejor equipo no estuvo con Nairo, y lo más importante, que hubo una alergia que le impidió al "cóndor" ser el sujeto de los recientes 21 días.

Con el trofeo de La Vuelta entre sus manos, Liberales y Conservadores se unirán para proclamar al caballerito de Boyacá como el rey de España. Sin embargo, el gesto amable de Chris Froome cuando aplaudió su labor tras finalizar la vigésima etapa, después de cinco ataques fallidos y uno aniquilante del colombiano, hizo que nuestro superhéroe se consolidara un indestructible, el cual ahora es más que su supervillano, y al que de seguro no le van a perdonar volver a quedar tercero en una gran vuelta.

La selección Colombia goleó 5 por 0 a la Argentina en el monumental de Buenos Aires, en el año 1993. Las grandes estrellas y figuras del deporte daban a la tricolor como favorita para el mundial de USA94. Fracasó y la decepción mató a Andrés Escobar. Obviamente eso no va a pasar con Nairo, pero quien se encarga de penalizar a los asesinos de las redes sociales.

Muchos de ellos están hoy cantando las barras futboleras con las que sale Sábato en sus transmisiones. Y junto, están los defensores a muerte, que para ese entonces crearan campaña por la igualdad del primer puesto, del tercero, del quinto, y de los que por x o y motivo, le puedan tocar a Nairo. 

Solamente los logros como el de La Vuelta y los fracasos sin ser fracasos como el del Tour, multiplicados por cien, nos enseñaran a ser aficionados del fútbol, en el ciclismo. Ojala no haya destrucciones de por medio. 

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