Por:
CONDORITO
Contra un equipo casi sub-20, Nacional recibe hoy la visita de Santa Fe. |
Me sentiría realmente humillado, avergonzado y cabreado,
si al día de mañana Nacional con su equipo kínder celebra un nuevo paso a la
final del fútbol colombiano, después de burlarse de dos grandes, y estar ocupado
pensando en otro torneo que le quito a su equipo A, B y C para esta contienda.
Ya está bien de tanta burla y tanto egocentrismo por
parte de los hinchas verdolagas, como para que ahora, con mayor argumentos,
salgan a restregar que el mejor equipo de América es Nacional y el mejor equipo
de Colombia es la cantera de Nacional.
Son irritantes, montadores, y comienzo a desear que
pierdan la semifinal del mundial de clubes solo para verlos lamentarse y
observar la lluvia de memes que saldrían en su contra, cuando alardearon todo
el tiempo con que le iban a ganar al Real Madrid y ni siquiera lograron
sobrepasar al equipo asiático o africano que les va a tocar enfrentar en esta
instancia.
Y mucho menos quiero que eliminen a Santa Fe del torneo
local y aseguren prácticamente una estrella más en su escudo sin haberse matado
por conseguirla.
Es de total admiración que un equipo como Nacional tenga
tanta riqueza futbolística en su plantilla para afrontar dos competiciones al
mismo tiempo, y parecer que lo hace con total seriedad en ambas. Pero de
ninguna manera voy a querer que la dignidad del resto de equipos colombianos
quede por el piso, y que desde afuera solo se hable de Nacional como el único
equipo de Colombia, mientras hay otros que incluso tienen más historia que el
propio rey de copas. Es verdad, sin presente poco o nada sirve recordar viejos
tiempos, pero no hay que separar a los emblemas de nuestro fútbol, solo porque
uno de ellos está destacando mucho más que los demás.
Sin embargo, tampoco quiero que el campeón sea Santa Fe,
aunque no me molestaría si así se llegara a dar. Es más una cuestión de cariño,
o mejor, de mericiemiento hacia otro club: el Deportes Tolima. Durante años,
los dirigidos por Alberto Gamero llevan clasificándose a las instancias
decisivas, y han tenido la mala suerte de que un grande, con una nómina
supremamente superior, aparezca para poner fin a la insistencia del club
vinotinto, el cual en la era Gamero no ha podido conocer la gloria en la liga.
Es la primera vez desde mucho tiempo que se aparece una
oportunidad así para un cuadro del tamaño del Tolima. Que le haya tocado estar
en una parte del cuadro donde puede llegar a la final sin toparse con ningún grande,
es un papayaso tremendo que debería ser aprovechado por un técnico que ha hecho
las cosas bien, y que merece salir por la puerta grande antes de ya su
confirmado arribo al Junior de Barranquilla.
Los santafereños me caen bien, y su entrenador ha demostrado
ser un excelente estratega que ha conseguido llegar hasta esta fase, con una
nevera que es para morirse de hambre y no salir crucificado por hacerlo. Pero
que es más terrible para el espectáculo, que ver siendo campeón a un equipo que
juega feo.
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