Faryd ahora comenta los partidos de fútbol en Win Sports y RCN. |
Estábamos sentados en las
sillas del comedor, preparándonos para darle gusto a nuestro apetito, cuando
escuchando la transmisión de Colombia Grita Gol mi mamá dispara este
comentario: “¿Otra vez comenta Faryd Mondragón? Que pereza, jamás dice nada
interesante. Me cansa oírlo comentando”.
Antes de responderle me
detuve un segundo a pensar: ¿acaso cuantos partidos de los que comenta Faryd ha
visto mi madre, como para decir que no es su favorito detrás del micrófono?, y
¿qué sabe ella sobre comentaristas de fútbol y sus recursos para parecer
interesantes y no ‘cansar’ a los televidentes? Mi respuesta entonces debía indagar a cerca de su
conocimiento del tema.
La refuté al decirle que el ex jugador lo hacía mejor que muchos otros que se sientan en la cabina a
dárselas de analistas. Ella me eliminó de la conversación al decirme “yo no sé,
pero la voz no la tiene; repite todo lo que su concolega dice, y me estresa que
sea tan ‘lambón’ con las personas que conoce”. Ahí entendí que no hablaba
por hablar, y rajaba del ex Deportivo Cali con argumentos suficientes para
sustentarlo.
En el partido Cali versus Santa Fe me propuse analizar cada ítem de
desconcierto de mi madre, en cada comentario que hacía nuestro antiguo ídolo. Con
el tema de la voz no me fue difícil ratificar lo que ella alegaba. Aunque para
este trabajo no sea necesario tener las cuerdas vocales de Julio Sánchez
Cristo, al menos hay que compensar los flojos discursos explicativos con una
fonética agradable y clara, que posicione a Faryd en la transmisión como un
experto del tema, y no como un opinador que además de tartamudear, siempre termina
repitiendo lo que dice su compañero de análisis.
Ahí viene el siguiente
punto: aunque no parafrasea cada aporte de su “concolega” como dijo mi
progenitora, sí hizo lo que lleva haciendo desde que adquirió el micrófono como
su nuevo instrumento de trabajo, y es permitir que los ‘amos’ de la opinión
piensen por él.
En las narices de Faryd
rajan de Yepes, James, Pekerman, el Cali, la Selección, hasta de él mismo, y
aunque muchas veces adquieren la razón esas críticas, se sabe que en la mente
de Mondragón existen otros pensamientos que jamás salen a la luz porque teme
que lo consideren parcializado por no remar hacia el mismo lado. Así que él prefiere
morderse la lengua con tal de no discutir sobre sus preferencias.
Por otra parte, mi mamá
habló de la imparcialidad, criticando la manera como se refiere a sus
allegados: Davincho, El profe, Carlitos, Rada, Santi, etc. A mí me molesta no
por cuestiones de objetividad, sino por falta de profesionalismo. Incluso hay
un periodista llamado Campo Elías al que le dice “Campito” en plena
transmisión. Al popular Patrón, lo llama “Patroncito”. A las mujeres las tutea,
cuando en una de las primeras reglas para hablar en los medios está dirigirse a
los demás como ‘usted’ y no como ‘tú’ o ‘vos’.
La ‘lambonería’,
creo yo, no tiene nada que ver con el factor ecuánime, que hasta ahora ha
demostrado tener el comentarista de Win y RCN. Sin embargo, existen periodistas
de cualquier rama que han estudiado para ser profesionales, y a ellos no les van
a perdonar que al aire salgan con apodos como ‘Campito’ o ‘Patroncito.
Por lo demás, junto con mi
mamá llegamos a la conclusión de que lo hecho por Faryd es aceptable,
entendiendo que ejerce la profesión equivocada. Al principio, ella había dicho
que nunca dice nada interesante, pero pienso que en sus análisis muchas veces
está lo que no es perceptible en los ojos del espectador. Considero que no
siempre manifiesta esas burradas de “si el jugador anota, es gol”. Hay un punto de vista profesional en sus comentarios, y quizás eso mi creadora no lo entiende muy bien.
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