sábado, 29 de abril de 2017

Y tras del hecho se molestan si uno les dice que son un canal NACIONAL

Por: CONDORITO


Dizque ‘el canal que todos queremos’. Que patético. Ya lo había dicho el pecoso Castro: “Win Sports tiene un dueño, y ese dueño es hincha de Nacional”.  Y vaya uno a repetir esa verdad enfrente de los periodistas, a ver si no vuelven a saltar disgustados alegando su completo profesionalismo y su entera objetividad. Además de exigir respeto por la profesión, como se lo plantearon al actual DT del Bucaramanga cuando entregó aquellas declaraciones.

“Nacional es el único equipo en Colombia que tiene canal de televisión propio”. ¿Qué desfachatez encuentra uno ahí? El pecoso habla de realidades, así como se supone también lo hacen los opinadores del canal cuando se sientan dentro de un set a rajar de todos los equipos colombianos, a excepción del verde antioqueño por supuesto.

Los buenos resultados de los paisas ayudan a que no quede destapada la amistad que hay entre empresas hermanas. No obstante, solo hay que ver lo que pasó en el mundial de clubes, cuando después del fracaso verdolaga, las críticas contundentes que esperábamos todos los ajenos al equipo, terminaron siendo solo palabras de consolación. Andrea Guerrero, sí, para jugar en Japón hay que ir a Japón, pero no hay que aplaudir tampoco si se fracasa en terreno asiático.

Sin embargo, el iceberg con el que chocamos los no seguidores del Atlético Nacional, no tuvo nada que ver con opiniones parcializadas, ni críticas cero objetivas. Se trata de un televisor encendido, con un canal de logotipo naranja en la esquina superior derecha, pero con un escudo verde repetido en varios lugares del set del programa que estaban transmitiendo.

Ah, qué pena, no era un programa, era un evento, y tampoco era un set, era un auditorio. Peor aún, era una celebración patrocinada por  ‘el canal que todos queremos’, presentada por sus mismos periodistas y por los de un canal hermano, casi que mellizo, también con el mismo dueño de la empresa Atlético Nacional S. A.

¿Qué celebraban? Nos topamos con el happy birthday número 70 del club paisa. El mismo que ya celebraron clubes como Millonarios, Santa Fe, América, Cali, Medellín y Junior. Algunos, incluso ya llegaron al centenario como el caso del Cali y el DIM, y otros están a menos de una década de completar las tres cifras como la ‘mecha’ y el ‘yuyu’. Millos hace nada también cumplió siete decenios, al igual que Santa Fe que lo hizo cuando entraba en el mejor momento de su fútbol en toda la historia.

Sin embargo, ningún canal le festejó su cumpleaños a otro club diferente al verdiblanco de Medellín. Ni siquiera al Once Caldas que también ganó Libertadores en el 2004. Aunque es obvio, a ninguno lo quieren tanto en Win ni en RCN como al actual campeón de la Copa Libertadores, el mismo que está a un empate de quedar eliminado del torneo continental actual.

Y como si fuera poco el patrocinio, la colaboración y la transmisión del evento, además de las reiteradas felicitaciones en las recientes mil propagandas, también le regalan al club un espacio grande en las noticias para ‘recordar su gloria’ y entrevistar a las ‘leyendas’ que pasaron por el equipo.

¿Enserio se siguen enfadando los periodistas, cuando decimos que Win es de Nacional? ¿Acaso un hashtag que dice “feliz cumpleaños rey de copas” o algo así, no es para alegar un claro apego al equipo verdolaga? O son simplemente acomodados, y si al día de mañana Tigres se convierte en el campeón de América le están celebrando los pocos años que lleva existiendo.

Como sea, estuve de acuerdo con el Pecoso con lo que dijo y lo estoy ahora: Win Sports es de Nacional. Y para nada es el canal que todos queremos. Que nos toque verlo porque es el único que transmite los partidos y tiene contenido netamente del deporte colombiano, es diferente. 

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lunes, 24 de abril de 2017

La celebración de Sant Jordi salió mejor de lo esperado

Por: CONDORITO
Foto: www.metroecuador.com
¡Feliz Sant Jordi para todos! Sea lo que sea que signifique. 

Ayer, 23 de abril, esta era la celebración que acaparaba a la gente de Cataluña, España. Sin embargo, los habitantes de esta zona tuvieron un valor agregado para no solo festejar la fecha sino convertirla en razón de euforia. Además de contagiarnos a todos los seguidores extranjeros del Barca, que aunque no sabemos en qué consiste este día, nos hemos sentido natales luego del regalo que dio el partido de fútbol más aclamado por todos. 


El clásico, el verdadero clásico de este deporte, aquel que tiene expectante a todo un país, un continente y un globo terráqueo, dejó, además de un espectáculo maravilloso para los ojos de quienes les gusta el fútbol y de los que no, una merecida victoria del equipo azulgrana que solo intentó un poquito más que su rival llevarse el encuentro.

Los catalanes hicieron de este día una fiesta en las calles de la ciudad y con razón: el equipo de su tierra había ganado un derby español, que tuvo como es común -aunque esta vez más que otras- bastantes ocasiones de gol, individualidades sobresalientes, jugadas polémicas, expulsiones, sorpresas de último minuto y un bonus track para los que nacimos en Colombia: el gol de nuestro James.

Sin duda fue un partido en donde tenía que haber un ganador. Ante semejante show de fútbol, un empate había sido desilusionante para ambos bandos y su fanaticada. Era necesario que hubiera sonrisas de un lado y lamentos del otro. Quién mejor que el dios del fútbol para decidir quién.  

Y es que está claro que ese fue el punto desequilibrante que le entregó la victoria a los culés. Messi sigue reafirmándose como el único extraterrestre que tiene el balompié mundial y el Barcelona es un afortunado al tenerlo. La joya del Madrid no deja de ser humano, por más de que se destaque haciendo de a tres en champions. Incluso por momentos se convierte en un simple espectador como en su actuación de ayer. En cambio, la pulga no necesitó ni siquiera de una asistencia que lo dejara debajo de los tres palos con el balón, para destacar y salvar a su equipo. Solo era que estuviera bien acomodado y pare de contar.

Eso sí, que mal se vio que Messi provocara al público en el festejo del último gol. Aunque hay quienes interpretan que compartía su felicidad con los pocos hinchas culés que estaban en la grada, por eso del gol 500, para mí fue algo semejante a lo que hacía Cristiano con el “calma, calma, que yo estoy aquí”.

Lo que sí aplaudí fue el gesto de James: un dedo en la cabeza que después señaló hacia el suelo, como diciendo “Zidane desgraciado, vea quién lo hizo”. Bueno, así lo interpreté yo.

Por otra parte, el otro determinante fue la expulsión de Sergio Ramos. ¿Mereció la roja? No es difícil responder a esa pregunta. Quizás habría que indagar sobre si quería lesionar a Messi seis meses o todo el año. Al igual Marcelo y Casemiro, debieron haber salido para el camerino desde el primer tiempo.

Y que puedo decir de los arqueros, Ter Stegen y Keylor Navas. A pesar de recibir dos y tres goles respectivamente, lo que atajaron en el partido los hace figuras incluso más o igual que Messi. De no ser por ellos, este partido debía quedar 7-6 u 8-7 como mínimo.

Al final, fue un 3-2 sabroso para el Barca y amargo para la casa blanca. Aunque bastante rico para los aficionados de la pelota. En la conmemoración del Sant Jordi, el festejo nos incluyó a otros que no tenemos ni idea de qué trata esta fecha. Como dijo Piqué: “una rosa, una camiseta, 2-3 y a casa”. De las pocas cosas inteligentes que ha dicho en Twitter, y que además comparto. Porque me quiero unir a la celebración del Sant Jordi, como hincha culé que soy.

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lunes, 10 de abril de 2017

PORQUE LO CONOZCO, SÉ QUE JAMES NO DEBE SEGUIR EN EL MADRID

Por: CONDORITO

Conocí a James Rodríguez. Fue hace más de dos años cuando la selección había vuelto del mundial, y estaba disfrutando de una enorme felicitación del pueblo en el parque Simón Bolívar.

Yo estaba infiltrado entre el personal del hotel de la federación, aguardando la llegada de los jugadores y disfrazado de botones gracias a mi mamá, que buscó de mil maneras como cumplir uno de mis sueños tan pronto le informaron que iba a controlar el hospedaje del combinado patrio.

Para mí fue una eternidad esperar a que terminaran de bailar el Ras tas tas y cogieran el bus rumbo a la sede. Yo desde temprano estaba listo para cumplir con la tarea que me habían encomendado: con una lista y un esfero, debía tomar registro de los jugadores que cruzaban la puerta de la recepción, e indicarles la ubicación de su respectivo cuarto. Incluso, si era necesario, tenía que cargarles las maletas y acompañarlos hasta la puerta. Cosa que rogaba me fuera pedida, ya que en ese recorrido de dos minutos la idea era conseguir la foto, el autógrafo y uno que otro regalito.

Entre los que fueron ofrecidos por el servicio, solamente Ospina y Armero dijeron que no, mientras que Yepes, Cuadrado, Zuñiga, Sanchez, Valdez, Ibarbo y James aceptaron que los guiara o que les tocara la puerta para entregarles el equipaje. Con todos conseguí la foto o la firma, pero únicamente con uno charlé sobre su participación en la copa del mundo. Ese fue el cucuteño.

No fueron muchas las palabras intercambiadas. Apenas lo vi lo primero que le dije fue “aquí están sus maletas señor James”. Luego lo felicité diciendo “que gran mundial hicieron. Lástima ese partido con Brasil”, me dijo “sí, que lastima porque lo habíamos entregado todo de nosotros”. Finalmente, estaba inquieto por preguntarle que se sentía ser el goleador del certamen, aunque aún quedaran algunos partidos por disputarse. Cuando lo hice, me respondió “es un lujo, porque te sientes importante para el equipo”.

No logré sacarle un ‘recuerdito’ del momento. Hubiera sido genial tener así sea las medias que usó cuando le marcó el golazo a Uruguay, pero estaba apurado y fue rapidito que me despachó. Carlos Valdez fue el único que me obsequió una tula. Sin embargo, conseguí capturar el instante y aquí se los comparto:



Ahora que recuerdo lo afortunado que fui aquella vez, cambió de tema y hago énfasis en lo que me manifestó el pichichi de Brasil 2014, y regreso al presente para cuestionarme si debe o no continuar en el Real Madrid.

“Es un lujo, porque te sientes importante para el equipo”. En el día de hoy, que sentida se escucharía esa frase, sobre todo si le preguntaran algo como qué tan importante es ser titular en la selección. Imagino la algarabía que haría la prensa madrileña. Imagino también la cara de Florentino y el mismo despreocupe de Zidane, al que todo le importa un bledo.

Tambien echo memoria, y revivo lo que exclamó James cuando llegó a la casa blanca: “es un placer para mí estar acá”, y la imagen de él levantando la casaca merengue con el número 10, sonriendo como si estuviera pensando “no puedo creer que use el mismo dorsal que tuvo Figo, Robinho y Özil”.  

Quizás eso fue lo que pasó: entendió la relevancia de llevar en su espalda la 10, y sin haber anotado el primer gol, se sintió importante para el equipo. Por eso para él era un ‘placer’ estar ahí, porque suponía que iba a brillar. Además de que se trata del mejor equipo del mundo. Es decir, tenía doble satisfacción. Por eso no uso el término lujo, sino placer.

No obstante, siendo ahora un suplente de la suplencia y un vil enemigo del técnico, ¿cómo se sentirá?, ¿solo con el lujo de seguir jugando para el campeón de Europa?, si lo metieran siquiera 15 minutos seguramente sí. ¿Pero si no juega casi nunca? ¿Es válido hablar de su importancia en el plantel, cuando pareciera que ni siquiera hace parte del club? Yo creo que no, y que sea el Real Madrid pasa a estar en un segundo plano, ante la inactividad del colombiano.

Por eso pienso que es tiempo de pedirle a ‘Fioro’ que le vaya preparando su liquidación. Su salida del Madrid tiene que ser ya y ni las gracias hay que dar en la despedida. A James no lo mandaron al banco, le quitaron la oportunidad de estar. Pareciera que está ahí, pero para el DT ese espacio lo ocupan otros. Tremenda humillación.

Ahí no hay la más mínima chance de vivir el lujo del mundial James, vete ya de ese equipo. 

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