Por:
CONDORITO
No nos digamos mentiras, hoy este color es el que pinta
al país. Nos guste o no. O elijamos otros tonos por encima del verde, como el
azul o el rojo caleño, que desde mil novecientos y pucho no disfrazan la
bandera de Colombia. Aunque haya hinchas que se resistan a aceptarlo, y vuelvan
a revisar la biografía de su club en Wikipedia para asegurarse de que sí tuvo
historia, ya que lo que han visto no les alcanza como argumentos.
Como hincha azul, debo decir que disfruto ver los
partidos de Nacional. Fijándome en el modo que rueda la pelota y en la forma en
que toca la red. No en el color de su camiseta, aunque sepamos que es tricolor
y haya más de un daltónico que la quiere ver verde.
Prefiero enfocarme en la razón de su buen juego. En ese 4-2-3-1 que
tiene cómodos a Marlos, Macnelly y Borja, y hace que se vean finitos para que
además de ganar, gusten y alegren este espectáculo que es el más lindo de
Sudamérica. El primero, que pasará a alegrar el viejo continente
siendo la contratación más cara del fútbol colombiano, tiene ese desequilibrio
individual que le exige a los rivales arriesgar para quitarle la pelota
(arriesgar en una falta, en quedar malparados, en desproteger un costado para
tapar el otro); Mac, en cambio, aporta el juego colectivo que propina en la lucidez de sus
compañeros. Y Borja, quien llegó con mascara y capa a salvar la ausencia de un
goleador en el equipo, siempre está presente para ponerle la cereza al pastel.
Hay otros que aportan sus ingredientes para darle sabor
al suculento juego de Nacional, pero me da pereza escribir sobre todos ellos, y
describirlos en algo que ya hemos visto en el club verdolaga o en la Selección Colombia.
Con su actuación en la copa, sería injusto que Mejía y Armani no tuvieran sus
líneas, pero como no es mi equipo, no me importa, aunque sí debía hacerles un
acto de presencia.
Otro que merece más que nadie ser nombrado es el DT
Reinaldo Rueda. Solo lo definiré como el de los mejores lentes para leer los
partidos. Todavía recuerdo el partido que salió a plantearle a Junior en
Barranquilla en las semifinales del FPC. Después de que Millos regalara la
clasificación por la vergonzosa lectura de Israel. Y lo otro es su pintura con la que
pinta el estilo de Nacional, la cual agradecemos que acompañe con triunfos,
títulos e historia.
Sí, agradecemos, porque yo soy colombiano como los al
menos 8 azules, 8 verdes y 8 rojos que alguna vez han pintado al país. Para mí,
Nacional sí es Colombia en la Libertadores, no como ese tontín que salió en AS
Colombia dando disque 3 razones por las que Colombia no tiene que ser verde en
este certamen. Al fin y al cabo estoy seguro de que un brasileño esta alabando con un argentino, el buen juego que tienen los colombianos.
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Post: Fue falta de Bocanegra y penalti para Sao Pablo. No ganaron por el arbitro, pero el 2-1 pudo no haber sido de ellos si no fuera por él.
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