Por:
CONDORITO
No sabía si dejarme o no la gorrita de la R y la F para
escribir estas líneas. Los que me conocen saben que me cuesta referirme a 'su majestad' sin expresarle mi más profunda admiración, que siento desde que me presentaron
la raqueta como uno de los objetos más preciados.
Así que me la dejé, pero no por eso quiero decir que voy
a ignorar las fortalezas del rival, a quien muchos tildábamos de ‘solo servicio y
no más’, y menos a la dolorosa realidad que nos recuerda que Roger ya no es un
futuro prometedor de 25 años.
Como la mayoría, quiero desconocer cuando los cabellos blancos y las
arrugas comiencen a asomarse en la apariencia de nuestra majestad, por el simple hecho de que el deporte no está listo para perder a su mejor exponente
quizás de la historia. Pero debemos ir pensando en como estarlo. Aunque suene
imposible, hay que entender que hasta a los extraterrestres le pasan los años.
Se vio ahí afuera, en el césped de la Centre Court,
cuando Milos Raonic le apagó la ilusión a millones de aficionados de un posible Grand Slam número 18, después de
que Novak Djokovic hiciera el favor de no hacerlo como en lo últimos dos años,
y Rafa Nadal decidiera contra su voluntad no molestar al suizo como la historia dice que lo ha hecho.
Por lo que era para él, el torneo más conmemorativo quería quedarse
en manos de su máximo ganador. Estoy seguro que el mismo Roger lamenta más que
nadie que el problema haya venido de otra cuestión y no precisamente por ausencia de técnica,
porque la ley de la vida dice que a los 35 el físico te puede afectar, aunque
con la raqueta continúes sacando conejos de los sombreros.
Antes las piernas le recorrían 20 veces la línea de fondo
con tal de dejar la pelota al otro lado de la red. Antes no era necesario usar un segundo saque. Antes no se veía tan exigido para una volea, y muchísimo más
para un revés. Aunque en el drive sigue teniendo uno de los mejores del
circuito, antes tenía el mejor, sin ninguna duda, era el modelo perfecto para
los amateur que se preguntaban cómo hacer una derecha. Antes no te despeinabas
Roger, ahora tampoco, pero esa clase de cosas hacen que nos cueste afrontar el
hecho de que tu cedula se está poniendo vieja, mientras nuestro temor se hace cada vez más notorio, ese miedo de pensar que sería el tenis sin quien lo es en carne
propia.
Hoy se le paró al frente un digno rival, uno que demostró tener no solo un buen servicio sino que supo cómo poner a pasear a su majestad.
Aprovecho las que había que aprovechar, mientras que el suizo desperdició las que
no debía desperdiciar (Antes dos breakpoint era suficiente). Y en los puntos decisivos, solo una pared
fabricada de acero era capaz de regresar los misiles que mandaba el canadiense
con su saque.
Federer además perdió una de sus mejores armas desde hace
tiempo, como lo era la contundencia. El llamado 'taiming'. Después de un superpunto venía otro
superpunto, y después de ese otro más, mismo caso con los aces y las derechas,
y el revés aumentó su diferencia de uno bueno de cada tres, a uno adentro por
cada diez intentos. Esto ocasiona que los contrincantes crean que aún tienen
posibilidades. Raonic se lo creyó, remontó, y ahora está en la final.
Según sus declaraciones, lo veremos en un nuevo intento
el próximo año. Para la consolación de muchos, tendremos espectáculo de golpes
perfectos para mucho rato, aunque no esperemos que todos concluyan en 6-0 y 6-1…, porque ya no es tan así. Además, tengo la seguridad de que lo veré
campeón unas cuantas veces más para que supere la cifra de los 90 títulos. Sin embargo estoy tratando de creerme que lo puede hacer en un Grand Slam. Ojala…
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Post: ¡Vamos Andy! XD
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