Por:
CONDORITO
El tenis es un deporte individual, pero no por eso significa que no hay nadie más detrás del deportista. Además de los entrenadores, compañeros de entrenamiento, patrocinadores y público en general, está un país entero esperando que su representante entregue todo lo que tiene en honor a sus paisanos. Al parecer, Santiago Giraldo lo de individual se lo toma muy a pecho, y actúa como egoísta con una nación que está cansada de soportar todo su fracaso.
El tenis es un deporte individual, pero no por eso significa que no hay nadie más detrás del deportista. Además de los entrenadores, compañeros de entrenamiento, patrocinadores y público en general, está un país entero esperando que su representante entregue todo lo que tiene en honor a sus paisanos. Al parecer, Santiago Giraldo lo de individual se lo toma muy a pecho, y actúa como egoísta con una nación que está cansada de soportar todo su fracaso.
Por eso es que no prospera. Por eso el tenis que alguna vez
mostró cuando rosó el top 30 del ranking, se esfumó tan rápido como la eliminación
de Colombia en esta serie de Copa Davis. Solo piensa en él, y tras de todo se
ubica en el piso más alto del tenis profesional, cuando su currículum dice que
a duras penas está en el sótano y eso le permite salir derrotado de los Grand
Slams sin tener que pasar por alguna clasificatoria previamente.
Es verdad que es el mejor tenista en la historia de
Colombia, pero internacionalmente no pasa de ser un deportista medio pelo, sino pregúntenle
a Murray si se acuerda quien lo eliminó aquella vez en el masters 1000 de
Madrid, apuesto a que no, pero para Giraldo esos ‘golpes de suerte’ lo
convierten en un jugador de élite que puede decidir si el fracaso del tenis
colombiano se digiere con dolor y rabia, o en una zona de confort como ya nos
tiene acostumbrados.
El berrinche de ayer definitivamente cruzó la frontera de
la vanidad y el egoísmo excesivo. Tiró a la basura el esfuerzo de sus
compañeros, que a pesar de propinar en derrotas, le dio al país la tranquilidad
de que se intentó y se dejó el corazón en la tierra batida, sin importar que esta
estuviera terriblemente lejos de un campo deportivo profesional.
Posiblemente el error fue aceptar las condiciones con las
que había que disputar la serie contra los chilenos. Pero si decidió jugar después
de no sé cuántas horas de observaciones y análisis, que no venga con textos ridículos echándole culpas al terreno, cuando ni Gonzales, ni Cabal, ni Farah, ni él en el primer
partido, habían renunciado cobardemente por esas excusas. Pero claro, como había ganado,
cero reclamos, fue no más que se viera debajo en el marcador para permitir que
su egocentrismo de ‘retirarse para no perder’, le prohibiera lucharla por Colombia.
Por otro lado, que total alcahuetería y mediocridad por
parte del supuesto capitán Mauricio Hadad. No le basta aportar poco en los
partidos, sino que además es otro de los que cree que Giraldo es una estrella para
el mundo, y que solo puede ganar jugando en la Philippe Chatrier o en la Suzanne
Lenglen, como si alguna vez haya pisado esas pistas -.-. ¿Capitán? Que patético.
Pensé que no se podía, pero el tenis colombiano supo cómo
decepcionarnos más a través de su máximo exponente. Quería dar algunas líneas a
la sorpresiva derrota de nuestra pareja de dobles, ¿No que eran septimos en el
ranking? Pero como siempre, Giraldo quiso todo el protagonismo.
santiagopoveda.smart@gmail.com
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Post: El tenis sudamericano está lejos de ser de los
mejores. Poca estrategia, poca variedad de juego, simplemente expertos en jugar
de fondo sin agregar ‘algo más’. Me dice mi papá que antes no era así. Me hubiera gustado verlo...
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