Por:
CONDORITO
En post de la algarabía, de la emoción y de las
impresiones, la imagen que nos queda a todos es esa, nuestro capitán sumergido
en lágrimas celebrando la clasificación a semis de
Copa América.
Esas lagrimas nos transportan inmediatamente a aquel
partido en el mundial de Brasil, cuando el pitazo de ese sinvergüenza nos mandó
de regreso a casa y James desglosó la tristeza a través de sus ojos, partiendole el corazón a más de una mamá chillona y a uno que otro escritor que perdió la
hombría ese día.
En este caso el llanto fue de pura felicidad por haber
conseguido algo que no se lograba hace doce años. Ver a un equipo crecer jerárquicamente
a pesar de que el fútbol no está de su lado, eso ilusiona, y a eso se le
permite llorar. Esta familia demostró que le truena el estómago por la gloria,
se notó en las camisetas sudadas y en la celebración eufórica que finalizó en
los ojos llorosos de nuestro crack.
Ahí la razón de mi critica al partido contra Costa Rica y
al torpe planteamiento frente a los ‘ticos’. Esta selección tiene la vena
brotada a causa de pocos títulos, y si no se porta la seriedad necesaria, nos
arriesgamos a quedarnos 16 años sin ir a un mundial. No importa que se trate de
una copa de leche.
No obstante lo que este técnico ha inculcado en el foco de
la selección, no puede pasar desapercibido, obsequió los cubiertos con los que
comen los grandes. Se le van las luces y es normal, como con el ingreso de
Dairo, pero el regresar la ilusión a un país muerto de fútbol, es tan grande
como la sorpresa de saber que es el mismo que miró por encima a sus rivales. Lo
siento, pero eso siempre se lo voy a criticar.
La sensación después de los 90 no debe ser preocupante.
Se jugó mal, con la pelota, sin ella hay argumentos para guardar el cero contra
los chilenos o los mexicanos, agregando que a ambos les encanta regalar
ventajas. La doble muralla de Perú impidió que los talentosos sacaran la casta,
tanto así que tocó inclinar a los tres magos al lado derecho para tratar de
generar algo. (Realmente el único mago es James, pero no encontré otro adjetivo
para envolverlos a los tres, y decirles socios sería un desacierto).
Otra vez le fallaron los lentes al profesor Pekerman. Cuando
el partido pedía el desequilibrio sorpresa de Marlos Moreno, manda a la cancha
a la tortuga Dairo que le pidió al peluquero que lo dejara como Falcao y
terminó motilándolo igual a Paolo Guerrero. Cuando ingresó Fabra, un sujeto que
mantiene más arriba que abajo, me preocupé por quien iba hacer las coberturas, Sánchez
mantenía por la derecha y Dairo no baja una cortina. Para suerte de nosotros,
rondaba el minuto 90 en ese entonces.
10 puntos para Sánchez, Ospina y los cuatro defensores; 6
para Torres y para James en el segundo tiempo, en el primero le pongo 2 al
igual que Cardona en todo el partido; Cuadrado 4 y Bacca 3. Y Pekerman 4 por el
orden, pero este es al que más nota se le exige.
La tarea para el entrenamiento es darle mejor trato a la
pelota, ayer lloraba cada vez que la queríamos tocar. Nos enfrentaremos a una selección
experta en esa cuestión, sobretodo Chile, si aparecemos con las mismas fallas
en precisión les dejamos el rifle en bandeja de plata. ¿Como es que contra Perú
una posesión 50/50?, no hay excusa, hay que mejorar.
Las lágrimas de James ilusionan por la tentación de ganar
títulos, porque cada escalón se vive como si fuera el último. Pero se necesita
de una mano profe Pekerman. No más decisiones incorrectas.
santiagopoveda.smart@gmail.com
En Face: /El Hocicón Deportivo
En Twitter: @ElHociond y @0916Poveda
Posdata: Mexico 0 Chile 7 , que no cunda el pánico…
(Este texto fue escrito antes de la goleada chilena ante la
selección de México)
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